Por el Licenciado Juan Pablo Muñoz
El Señor Jesucristo puso en claro
que las metas del Reino de Dios son opuestas a las metas del mundo secular.
La grandeza del Reino de Dios se
mide en términos de servicio, y Jesús mismo fue el mejor ejemplo (Marcos
10:45). Servir es uno de los énfasis principales que encontramos en la Biblia.
Existen más de 1.400 referencias con relación al servir en sus diferentes
acepciones. Es obvio que las personas más usadas por Dios son las que están más
dispuestas a ser servidoras. Servir es un estilo de vida, una actitud, una
relación.
Servir, con voluntad propia, por el
bien del otro, perfecciona al que sirve, solo un ser humano que se posee así
mismo, puede darse libre y responsablemente a otra persona, servir a alguien,
es muestra de gran riqueza interior, porque la autodonación voluntaria para
ayudar a los demás, hace que el ser humano sea más hombre, pues se autoposee a
tal grado que es capaz de servir a los demás consciente y libremente, logrando
que al servir el ser humano se autorrealice.
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